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Una lección de productividad con los hielos de un cubata

¿Qué es la productividad?

Intentaré explicarte de manera directa, con ejemplos y espero que algo mejor que todos esos cursos sobre productividad que te dejan la cabeza aún peor, como un bombo.

Y lo que es peor. Luego no hay quien lo aplique.

Vamos a ello.

…..

En estos días me he tomado alguna copa que otra.

Eso no es la causa de haberme realizado una prueba de esfuerzo. Pero sí tiene que ver con la productividad. Porque se mide el rendimiento y tu capacidad de resistencia (o paciencia).

Bien se podría llamar prueba de productividad.

A ver.

Todo tiene un motivo. Lo de las copas.

Y es que marché de casa rural con unos amigos.

Eso ya sabes lo que es, beber. charlar, reírse. A veces, arreglar el mundo.

Que sepas que he decidido volver al whisky-cola de siempre.
Sin tapujos.
Sin complejos.
A lo loco.

Te adelanto que el frigo de la casa rural no tenía su correspondiente espacio para mantener los hielos. Ya. Algo raro. Y claro, EL CUBATA SE QUEDÓ AGUADO.
Me imagino que sabes a lo que me refiero. Mala copa.

Esto que me pasó es lo que me ha dado la idea para escribirte hoy.

Va sobre hielos.

Y sobre todo, va de entender lo que significa la productividad y cada uno que lo aplique de la menor manera.

Antes de nada….

 

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Empecemos a hurgar.

 

El cubo de hielo

Para empezar podría decirte que la productividad es como estar en un vía del tren, mirar hacia adelante, y ver la mejor manera de llegar hasta el final del camino que te hayas marcado, sin cansarse demasiado y en el menor tiempo posible. El objetivo es llegar.

La línea recta evidentemente es lo mejor. Pero piensa que tú estás agachado, listo para empezar a correr, y no ves más que maleza, y mucha maleza. La manera que tenga cada uno de conseguirlo se llama productividad.

Pero hay otra manera que lo vas a entender aún mejor.

Lo que te voy a contar nos ha pasado a todos. No me refiero a tomar copas aguadas, que seguramente también. A lo que viene ahora.

Te pido que te concentres un par de minutos.
Posiblemente sea lo mejor que te va a pasar hoy.

Ni ojos cerrados.
Tampoco les quiero abiertos con la mirada perdida.
Y por supuesto, no recurras  a una lectura cruzada.

Vamos a recrear juntos este escenario.

Atento.

Imagina que hay un cubo de hielo sobre la mesa que se encuentra frente a ti. La habitación está fría y tú puedes ver tu propio aliento. La temperatura es de 4 grados bajo cero. Aunque sea de manera muy lenta, la habitación comienza a calentarse.

Tres grados bajo cero.
Dos grados bajo cero.
El cubo de hielo sigue en la mesa frente a ti, sin cambios.

Un grado bajo cero.
Medio grado bajo cero.
Todavía no ha pasado nada.

De pronto la temperatura alcanza los cero grados y el hielo comienza a derretirse.

El gran cambio.

Un solo grado marca la diferencia y desencadena el gran cambio.

¿Cuál es el problema?

O lo que es lo mismo.

¿Por qué no se alcanza la productividad?

Porque la mayoría de la gente solo percibe los eventos más llamativos y no se detiene a ver todo el trabajo y el esfuerzo que tienen detrás.

No somos pacientes. No somos constantes.

Abandonamos antes de ver el hielo derretirse.

Antes de ver el cambio.

Y así nunca habrá productividad.

Y este patrón se repite en todas partes.

Mira estos ejemplos.

El cáncer es indetectable el 80% del tiempo desde que surge hasta que, en un momento dado, a veces es cuestión de meses, acaba con la vida de una persona.

El bambú apenas se deja ver durante los primeros años. Durante ese tiempo se desarrolla internamente con un intenso engranaje de raíces, que una vez le llega el gran cambio, su madurez, llega a crecer más de 6 metros en pocas semanas.

Con las fuerzas geológicas ocurre lo mismo. Las placas tectónicas pueden rozarse y hasta besarse durante millones de años sin que pase nada en la superficie. Un día, ese roce provoca un terremoto, un volcán, un tsunami.

Hasta aquí, creo que queda claro de qué va esto de la productividad.

Ahora.

Un Impasse.

En la Aventura y la Naturaleza

Ahora te voy a explicar qué es la productividad con mis propias palabras.

Las de mi temática favorita.

Pues sí.

De manera similar ocurre en el mundo de la aventura y la naturaleza.
Hagas senderismo, alpinismo, deportes de riesgo, mountain bike, etc.

Parece que si lo practicas una vez, y otra vez, no parece provocar ningún cambio. Pero no es como lo parece. Es como lo que es.

Llega un momento que se alcanza un punto crítico, un umbral que desencadena un nivel superior.

 

Otro caso que puede que te suene.

Y no te extrañe.

Un conocido te dice con unas cervezas que va a empezar a hacer pequeños cambios en su vida como irse más a la montaña y pasear por la naturaleza, pero cuando le vuelves a preguntar meses después, nada de nada, nothing de nothing.

Si no te lo dice, no pasa nada, también tenemos al Pegasus para chivarte lo mismo. Que nada de nada. Que nothing de nothing.

Suele pasar. Uno no ve resultados tangibles.

 

Y si este pensamiento se apodera de ti, es fácil detenerse y toma la decisión de abandonar. Volviendo a un estado natural. Donde se está más acostumbrado.

Porque a todo se acostumbra uno.

A la sensación de que la vida se te pasa y no le has sacado todo el jugo.

A esa voz en tu cabeza agotándose la energía y y no saber cómo pararla.

Y tirando cada día, a veces sin demasiado propósito ni sentido.

A ver…

 

Qué es la productividad y un ejemplo

Acostumbrarse a cambiar no es tarea sencilla. Somos unos prisas.
Queremos cambios en un corto espacio de tiempo y dedicación.

Es el sello de cualquier proceso acumulativo: los resultados más poderosos toman su tiempo y se retrasan.

Cuando uno se queja de no alcanzar los resultados esperados, a pesar de su esfuerzo, es como si se quejara de que el hielo no se derrite, cuando la habitación pasa de cuatro a tres grados bajo cero.

¿Qué es la productividad, en qué mas se basa este concepto?

Pues eso.

 

Tener paciencia y seguir hasta que el hielo se derrita. Como cuando superas una prueba de esfuerzo. Y se produce el gran cambio.

Es cuestión de plantearte si lo que quieres beber es un buen cubata o una copa aguada.

Seguro que te suena también.

 

Con el tema del cambio climático, este gran cambio también lo puedes contemplar en algún país polar.

Esta imagen que viene ahora es un claro ejemplo.

En una expedición polar a Islandia que hice con El Soplo.

qué es la productividad

Qué es la productividad en el trabajo

La productividad se puede medir en todos los ámbitos de la vida.

Ahora se ha puesto muy de moda hablar de productividad laboral. Como si antes la gente se tocara los cullons.

En fin, tendencias.

Aparte de que un trabajador por cuenta ajena hace sus horas laborales y las funciones que le encomienda su responsable, de ahí a hablar de productividad va un mundo, y un bonus, o un premio. Y si en esa negociación nunca habrá más productividad que la de contraprestación de horas y trabajo por un sueldo. Un melón aún muy verde para este país.

En cambio.

Si nos referimos a un trabajador por cuenta propia, un autónomo por ejemplo, las cosas son diferentes.

En las etapas tempranas y medias de cualquier empresa, suele haber un abismo de desilusión. Es frustrante cuando con el paso de los días, semanas e incluso meses los cambios parecen no funcionar y uno tiene la sensación de permanecer en el mismo sitio. Hasta que llegan los resultados.

Mira este ejemplo.

Por si te queda alguna duda:

 

Los San Antonio Spurs, uno de los equipos más exitosos de la NBA, mantiene en la pared de los vestuarios una cita del reformador Jacob Riis:

“Cuando nada parece ir bien, visito al cantero”

Este hombre golpea la roca con su cincel y su martillo quizá hasta un centenar de veces sin hacerle siquiera una grieta.

Sin embargo, al dar el siguiente golpe, la roca se parte en dos. Sé que ese no fue el golpe que rompió la roca, fue la suma de todos los golpes que dio anteriormente.

Clarito. Transparente.

Y ahora..

 

Cómo se calcula la productividad

¿Y ahora qué? ¿Cómo se hace eso?

Cómo calcular la productividad.

Te explico.

Para entender estos sucesos paranormales no es necesario preparar un business plan, ni una planificación estratégica, ni empezar con el valor diferencial, ni el valor añadido, ni cuentos chinos ni grandes cuentas ni grandes cuentos.

Ni hace falta recurrir de nuevo al test de Pegasus en la farmacia ni acudir a la milagrería del real madrid en sus últimos minutos.

Tampoco es hacer cosas que luego, o en directo, se puedan medir y contar.

No va de resultados ni de cantidades.

Y nada que ver con el FOMO, o miedo a perderte algo, a estar fuera de la conversación, a no estar enterado de lo último, y nos lleva al ansia de intentar abarcarlo todo.

No. Eso tampoco es productividad.

Eso es hiperconexión. Programación vertiginosa de tareas que lo único que hace es agotarnos.

Todo es mucho más fácil.

Lo que quiere decir el amigo cantero es lo siguiente.
Simplemente es un tema de PACIENCIA
(y CONSTANCIA),
conceptos que se trabajan mucho en el deporte. Y en el mundo laboral

La productividad se calcula midiendo la constancia (el trabajo), los conocimientos (la formación) y la paciencia (visita al cantero).

Y disfrutar de los momentos de descanso, de ocio y de tiempo libre para desconectar. Para pasear por la montaña, para tomarte unas cañas con los amigos, para bañarse en el mar, saborear un simple helado, reír, cansarse y descansar. Para conectarte de nuevo.

Te gusten más o menos las lentejas, son lentejas, así es como es.

No lo he inventado yo.

¿O crees que Carlos Alcaraz ha llegado a sus 19 años a ganar a los mejores porque se quedó escuchando mis historias en un sofá junto al crepitar de la leña de una chimenea?

Pues no.

Es cuestión de construir puentes y pasarlos.

Te cuento esto y acabo.

Los puentes y la productividad

Los puentes y la productividad

Solemos suponer que el progreso se da de manera lineal y ascendente.

Por lo menos esperamos que suceda rápido.

Pero el ser humano suele desesperar con la paciencia.

Y no quiero que pienses que pienso en negativo, al revés, siempre positivo que mola más. Solo quiero que lo tengas claro. Comprender que el cambio viene precedido por la acción. Y que el trabajo no se desperdicia, solo se acumula.

Hasta aquí, ok.

Y ahora, si sigues los puntos anteriores ya te habrás diferenciado con creces de la mayoría.

 

Es cuando te va a aparecer un puente colgante delante de tus narices, como el de la imagen anterior.

Acojona al principio. No te voy a engañar. Parece inmenso, que se va a caer y que no tiene fin.

Pero ten en cuenta que dejamos de temer cuando nos enfrentamos, una y otra vez, a lo que nos produce miedo.

Y cruzar un puente colgante es cuestión de tener paciencia y mucha constancia para acabar pasándolo.

Coger el cincel y su martillo, y dar cera pulir cera.

Y ganar calidad.

Hasta que el gran cambio se produce y pasas al nivel bambú.

Para volver a construir otro puente.

Porque la productividad es juego infinito, nunca se acaba. Siempre estará ahí aunque los personajes o protagonistas de esta historia cambien.

Un jugador puede salir si se queda sin ganas, sin fuerzas o sin recursos… pero el juego sigue.

No hay número uno, ni dos… ni eres el tercero o el último de una clasificación.

Ni se puede ganar ni perder, y como el juego nunca se acaba el único objetivo es seguir en la partida, en el juego, no agotarse, porque el único rival eres tú y la mejora constante tu mejor aliada.

Si buscar la productividad como si hubiera rivales y objetivos, la tendencia es abandonar. Buscas algo que no vas a poder ganar, y terminas perdiendo, es decir, baja por agotamiento (a nivel personal), por falta de ganas (a nivel motivacional), por falta de dinero (a nivel empresa).

Lo único que tienes que hacer es adaptarte al juego, buscar la calidad diaria, sin prisas, sin pausa, sin agotarse, sabiendo que la productividad no tiene fin, y que lo único que tienes que hacer es no abandonar.

Recuerda que el trabajo diaria no se pierde, simplemente se acumula. Producir y ser productivo.

Hasta que surgen los grandes cambios. El crecimiento. O lo que es lo mismo, aumentar la productividad.

Y con esa tendencia positiva, te pones a construir otro puente.

Pero esta vez, siendo menor el número de horas trabajadas.

Mejorando la calidad y tu disposición de recursos.

Como en cualquier proceso productivo.

Salvo que en ese largo camino te hayas agotado, no te queden fuerzas o recursos, y decidas dejar el juego.

Por un tiempo. O para siempre.

 

Por cierto.

Para los curiosos de los puentes construidos en la naturaleza para los viajes de aventura.

Te cuento.

Ese puente está en la Patagonia, es una imagen de mi Aventura invernal al Parque Nacional de Torres Paine. Chile.

…..

Esto es todo. Feliz día.

Fernando Camacho

IG: @fer_alma_aventurera

©️Imágenes propiedad de @fernandocamacho®️

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