Hurgando el Intelecto ahí fuera, en naturaleza

En la AdventureLetter #40 encontrarás:


– Recordando el cubo de Rubik –
– 8 Consejos para comprar material –

– El diario de Aventura: la otra realidad –


Empecemos a hurgar…
El cubo de Rubik

Seguro que recuerdas el cubo de Rubik. El de los colores. El juguete más famoso de la historia. Con más de 450 millones de unidades vendidas.

Al principio las empresas jugueteras lo rechazaban porque era demasiado difícil. Y es lo que te puede pasar cuando vayas a comprar material de montaña. O cualquier tipo de material. Que te parezca extremadamente difícil.

Y no digo que no lo sea.

Pero que puede dejar de serlo con estos hábitos, recomendaciones y/o automatizaciones mentales.

Por cierto, el cubo de Rubik acaba de cumplir 50 años.

8 Consejos para comprar material de montaña

Estos consejos valen para cualquier tipo de material.

Me presto a cambiar el título por: “8 Consejos para comprar material”.

#1

Economiza si estás empezando. En caso contrario, te vas a asustar de los precios. No es lo mismo ir a la montaña que dar un paseo por el parque cercano a casa.Todo es dinero.
Tómalo como inversión.
Todo esto es un recorrido a medio plazo.

#2.

Prioriza, siempre hay que priorizar la compra por necesidad inminente o venidera. Si es invierno, más importante es hacerse con un cortavientos que con una gorra para el sol.

En montaña te recomiendo una compra en este orden:

Botas o zapatillas de montaña.
Chaqueta impermeable y transpirable (corresponde con la 3ª capa)
Forro polar (la llamada coloquialmente 2ª capa)
Mochila de 30 litros.
Pantalones elásticos y con cierta transpirabilidad.

Por ahora, con esto es suficiente.

#3.

Busca el minimalismo y el peso ligero en todas las compras.

Piensa que si vas acumulando lo que llevas puesto y lo que cargas detrás, a lo largo de los kilómetros el pesaje pasa peaje.

En la vida es muy similar, mejor ir ligeros y sin demasiados lastres.
(Ya sé que no me debo meter donde no me llaman).

#4.

Renovar el material o comprar calidad.

Mi consejo por experiencia es comprar material de calidad.

A veces es mejor pagar una vez que varias veces por lo mismo en un periodo de tiempo. Salvo que tus salidas sean muy esporádicas y el chándal del cole al que tienes tanto apego te pueda hasta valer.

Valora lo que te ha dado problemas en las últimas salidas.

Utiliza el prueba-error o el causa-efecto.

Empieza a pensar si necesitas un cambio.

La naturaleza y sus inclemencias seguramente sean quienes te respondan mejor a esa pregunta.

#5.

Piensa en lo que aún no has solucionado.

Aquello que aún no tienes, ni nunca estuvo en tu planificación.

Por ejemplo, puede que te falten las pastillas potabilizadoras para viajar a Nepal, nunca pensaste que fuera necesario. Y lo es. Te lo aseguro.

Piensa en ello.

Consejo: Te recomiendo crear una lista de material en la nube, y anotes en la parte de arriba lo que vas a necesitar a corto plazo.

Es la prioridad cuando vuelva a haber cash.

#6.

Piensa en lo que te puede hacer la vida mejor, y cómpralo.

Si hay que comprar un frontal algo más caro pero más seguro para andar por la noche. Cómpralo.

Si hay que comprar unas botas impermeables y con una buena suela de agarre para salidas en ambiente mojado. Cómpralo.

* (Todo esto me recuerda a antiguo anuncio y su slogan: “Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo)”

Se me fue la pinza. Retomo.

Si tu cabeza piensa bien, tú estarás bien. Y disfrutando.

#7.

Agarra con los dos brazos y fuerte tu punto de venta.

En otras palabras: Localiza tu punto favorito para comprar.

Para mi es una de las partes más complicadas. Dar con tu sitio.
Donde el resultado calidad-precio sea bueno.
Donde entiendan tus necesidades.
Donde te escuchen.
Donde las reclamaciones no se conviertan en un circuito interminable de llamadas y explicaciones.
Donde no te vendan humo.

Si lo tienes, agárralo. Pero agárralo bien.

No sabes lo difícil que es dar con ese cupido.

Y consejo #8.

Si encuentras un chollo o una ganga de algo que no es de temporada, digamos que ves unos crampones que llevas buscando un tiempo a un buen precio pero estamos en julio, no lo dudes, hazte con ellos aunque se salga de tu presupuesto del mes. Y no estuviera en tus planes.

Esa inversión la recuperarás a largo plazo. Lo importante es tenerlo para cuando lo necesites… disponer de esa tranquilidad.

Eso estará ahí para cuando sea el momento adecuado.

Pero ya lo tienes.

43 millones de posibilidades


A ver.

La lectura de estos consejos lleva menos de un minuto.

Entender estos consejos no más de 5 minutos.

Pero se puede estar una vida para dominarlo todo. Como el anillo de Frodo.

Recuerda de nuevo el cubo de Rubik.

Un cubo que cuenta con seis caras de 3x3x3, que tiene 43 trillones de posiciones posibles y solo una es la inicial, la que presenta cada uno de los lados de un único color.

Tiendas de montañas hay muchas.

Tiendas de deporte hay cantidad.

Tiendas de material ni te cuento.

Que lo vendan de manera on-line pues aumenta el número de opciones posibles para tu compra.

Lo difícil es dar con el material adecuado para tí.

Tranqui.

Todo está en la pieza 27


El cubo de Rubik es un misterioso cubo formado a su vez por 26 cubos de colores conectados entre sí, 27 si contamos la pieza central, el núcleo oculto que es la clave para que todo funcione.

Si das con la tecla 27 en cualquier material de montaña (botas, forro, cortavientos, pantalones…) recuerda no volver a desmontar el cubo, déjalo así.

Habrás tocado la pieza 27. Tu pieza 27. Que no se será la mía. Ni la de otro.

Cada uno tiene su cubo de Rubik particular, y en formarlo correctamente, saliendo con el material que mejor se adapta a cada uno (en base a todo lo anterior) está la resolución de este misterio.

Mueve las piezas y aléjate.


Eso sí, resolverlo no es nada fácil, porque al igual que el cubo, girar sus piezas hasta dar con la fórmula mágica, con la tienda perfecta, con el material perfecto para tí, tiene algo de adictivo.

Tampoco te pases.
Una vez conseguido, ¡aléjate!

Pero ten paciencia.

Hay que girar muchas veces las piezas para que todo cuadre.

Y poder para disfrutar lo que hay ahí fuera.


“Si la oportunidad no llama, construye una puerta”

Milton Berl


Esto es todo. Feliz día.
Te volveré a escribir.
IG: @fer_alma_aventurera

El diario de Aventura: la otra realidad.


Llevo casi seis meses ahorrando dinero. Me siento feliz. Mis botas de montañas están cerca. Todo tiene que fluir.

Ya hice la parte complicada. Ahora toca pasarlo bien.

No acerté ni con los meses que necesitaba para acumular esta cantidad de dinero, ni en lo que te voy a contar ahora.

Es la primera vez que me acerco a una tienda de montaña a comprar. Ninguna alfombra roja  me recibe. Espero que salga un tipo vestido con un arnés y un pasamontañas. Con su pizarra, unos apuntes, me imparta la clase y me vaya con las botas que son perfectas para mi, y pueda marcharme para llegar a ver el partido de fútbol. Vamos, espero sentarme y recibir. Que la pasta la tengo yo.

Interpretación errónea de los hechos. Nada sucede así.
El señor con la pizarra nunca llega.

Tras 15 minutos un tipo aparece. Desgarbado. Le confundo con un cliente. No da el pego. Ni alfombra roja ni cuentos chinos.

Me pregunta que si quiero algo.
¡Vaya! Si es que además ha venido sin los deberes hechos.

Escucho a otro tipo cercano rodeado de chaquetas y etiquetas, ¡vaya precios!.
No sé qué dice de no volver jamás. Es un poco raro.

El tipo desgarbado me repite de nuevo: “¿Quieres algo?

Le digo lo que quiero. Me muestra unas botas. Le digo que si me puede ayudar. Me dice que eso depende. Depende de qué. Que si soy pronador. ¿Pro…que….? Le digo que he ahorrado pasta y quiero unas botas. Que soy más de andar. Sí, que lo sabe. Pero que somos todos diferentes. Vaya, eso también lo sé yo. Me insiste que si quiero algo. Unas botas para este cuerpo, es la tercer vez. Qué marca. ¿Cuántas hay? ¡Buah! Si lo sé no pregunto. Que cómo las quiero. Con suela, está claro. Y que no se mojen. ¿Impermeables…GoreTex?. Como tú quieras. Pero que me duren, que no tengo más pasta. Yo creo que no me ha entendido. Me enseña burradas, tendría que ahorrar otros seis meses. Mi idea no era esta. Me responde sutilmente que si quieres algo bueno, hay que pagarlo, es lo que hay. Y yo le respondo que es lo que tengo. No llegamos a ningún acuerdo. Evidentemente.

Salgo por donde he entrado. Con el dinero. Sin botas. Agotado de estar de pie. YRecojo la alfombra roja. Y me voy a ver partido con una cerveza. Solo con ganas de ponerme las pantuflas y coger el sofá. Ufff. No me he dado cuenta. No llego al partido. Me bebo una cerveza. No vuelvo más.

Ahora sí. Sé feliz.
Te volveré a escribir.